B A T L L I S M O

El batllismo surgio a fines de siglo XIX en torno a las ideas politicas, sociales y economicas de José Batlle y Ordóñez, en pugna con las tendencias conservadoras de otros dirigentes de su mismo partido.
Desde su periodico "EL DIA", Batlle fue configurando el ideario y el programa politico del batllismo, cuyos puntos principales eran: Nacionalizacion del pais por medio de una politica proteccionista, implantacion de una legislacion social avanzada y promocion tecnica y cultural de la clase trabajadora, enseñanza publica laica y gratuita en todos sus niveles, sustitucion de poder ejecutivo personal por el colegiado. El batllismo se organizo como una agrupacion autonoma dentro del partido Colorado en 1916, con sus propios dirigentes, y en los comicios electorales presento candidatos propios. A la muerte de José Batlle y Ordóñez (1929), el batllismo se fue subdividiendo en diversas fracciones.

Resumen del Batllismo

ECONOMIA:

La economía vio aparecer nuevas formas industriales que valorizaron plenamente la producción de carnes al refrigerardas que se vendían a Europa. Esto tuvo una gran consecuencia politica ya que desaparecieron los "recuerdos" de las guerras civiles entre blancos y colorados, ya que los estancieros se oponian a ellas porque destruian bienes, con valor del mercado.

La intervención estatal comenzó. La gestión financiera del Estado, comercial, industrial combustibles y petróleo, 1931), se constituyó en un elemento definitorio de la relación entre sociedad civil y Estado en todo el siglo.

La crisis económica mundial iniciada en 1929 en Estados Unidos, repercutió en el Uruguay a partir de 1930-31. El descenso del precio de las materias primas y alimentos que el Uruguay exportaba, y las restricciones del comercio internacional, generaron aumento de la desocupación y caída del ingreso.





SOCIAL:



En lo social, el Uruguay vivió una época de legislacion del trabajo, protectora de los obreros y otros sectores populares (la ley de 8 horas fue aprobada en 1915) y de garantías para el retiro de los trabajadores establecidas por diferentes leyes que fundaron Cajas de Jubilaciones para casi todos los oficios en los años 20. Demograficamente el país, que contaba con 1.042.000 habitantes en 1908, apenas duplicó su población en 1930, estimada en 1.900.000. El descenso de la tasa de mortalidad fue muy significativo y se debió sobre todo al avance del nivel de vida de la población y a las medidas higiénicas que el gobierno adoptó. El descenso relevante de la tasa de natalidad convirtió al Uruguay, probablemente en el primer país de América Latina que obviamente controlaba sus nacimientos. La difusión de la cultura (la tasa de analfabetismo también descendió y se expandió la Enseñanza Secundaria en el interior del país), la facil recepción de los modelos demográficos europeos por una población de origen inmigratorios, la mentalidad prudente de las dominantes clases medias, todo ello explica que en 1930 el Uruguay tuviera de sí mismo la imagen de un país moderno, europeizado y escasamente latinoamericano. Un dato mas contribuía a acentuar esta imagen: la cultura y la enseñanza se habían secularizado y la influencia de la Iglesia Católica era escasa al grado de que sin mayores repercusiones sociales, ni políticas el Estado y la Iglesia se separaron por la Constitución de 1917. La ley de divorcio por causal, la primera aprobada, fue en 1907 y la mujer obtuvo en 1913 la ley de divorcio "por su sola voluntad". En 1932 logró el derecho al sufragio. La crisis económica mundial iniciada en 1929 en Estados Unidos, repercutió en el Uruguay a partir de 1930-31. El descenso del precio de las materias primas y alimentos que el Uruguay exportaba, y las restricciones del comercio internacional, generaron aumento de la desocupación y caída del ingreso. La lucha por la distribución del mismo se acentuó entre los grupos sociales y el reformismo social batllista fue enjuiciado duramente por ineficaz y populista por las gremiales de estancieros y comerciantes que criticaban el peso impositivo de un Estado que no controlaban.















domingo, 15 de agosto de 2010

El Batllismo post Batlle y Ordóñez


La corriente batllista dentro del Partido Colorado ha continuado, con matices, hasta el presente. Sus continuadores inmediatos fueron Claudio Williman, Baltasar Brum, José Serrato, Juan Campisteguy, Gabriel Terra, Alfredo Baldomir y Luis Batlle Berres.
Fue Luis Batlle Berres, sobrino de Batlle y Ordóñez, quien lideró el sector batllista más importante del Partido Colorado. En  1946 fue electo Vicepresidente de la República,acompañando a Tomás Berreta. Tras la muerte del presidente Berreta, Batlle Berres asume el 2 de agosto de 1947,desarrollando una corriente política que recibió el nombre de neobatllismo. Entre sus más entusiastas militantes se destacaba un grupo conocido como los "jóvenes turcos", que integraban Zelmar Michelini, Teófilo Collazo, Guzmán Acosta y Lara, Norberto Sanguinetti, Tabaré Hackenbruch  y Julio María Sanguinetti.
A su muerte, en 1964, el Partido quedó profundamente dividido y sin un liderazgo claro. La línea batllista fue continuada por el hijo de Batlle Berres, Jorge Batlle Ibáñez.
El batllismo volvió a triunfar en las elecciones de 1984 y 1994, cuando accedió a la presidencia Julio María Sanguinetti. Y en elecciones de 1999 con la victoria de Jorge Batlle.


Ideas del Batllismo

En 1913 Batlle y Ordóñez publicó unos Apuntes en los que expresaba sus ideas para la creación de lo que él consideraba como un “país modelo”. Este documento y la larga prédica periodística realizada en el diario "El Día",que él mismo fundó, constituyen la base teórica del Batllismo y revelan sus fundamentos filosóficos, basados en el pensamiento de teóricos como Karl Kraus, Franz Ahrens o Paul Janet.
Proponía un país de clases medias, en el que “los ricos fueran menos ricos para que los pobres fueran menos pobres” y consideraba que ese ideal sólo podía lograrse por medio de la acción de un Estado intervencionista y redistribuidor.
Otro de los logros del Batllismo fue la revaluación del Peso, en ocasiones, superior al Dólar. El Batllismo, con su política nacionalizadora, su legislación social avanzada, su economía dirigida con un puntilloso cuidado por los equilibrios macroeconómicos, logró forjar una sociedad mesocrática excepcional en América Latina, la “Suiza de América” a cuyo recuerdo aún se aferran los nostálgicos.
El mantener el modelo en lo primordial, pese a retrocesos conocidos popularmente como “El alto de Viera”  o derrotas circunstanciales, a través de 30 años de intensa vida política, en muchos de los cuales el Batllismo hubiese carecido de las mayorías parlamentarias que hubiese necesitado.
Cuando Batlle y Ordóñez falleció en 1929, Uruguay era un país esencialmente distinto al de 1903, cuando accedió por vez primera a la presidencia. Una sociedad fuertemente laica, integrada, con aspectos principales de la economía en manos del Estado, con una legislación social notablemente avanzada, una legislación social de similares características, una notable extensión de la enseñanza y un sistema electoral depurado que, pese a sus limitaciones y defectos, permitió que el país transitara en paz durante 30 años.
En una perspectiva histórica, se ha responsabilizado al Batllismo de crear una sociedad mediocre, refugiada en el valor de la seguridad, lejana del impulso creativo y pujanza que reveló en los primeros años del siglo XX. Se le ha acusado de crear una burocracia espesa e ineficiente, con elementos de corrupción política (clientelismo).

Batllismo